Al finalizar la guerra civil, Juan embarca en el Stanbrook para partir hacia el exilio huyendo de una muerte segura. Sin embargo, sufrirá penalidades inhumanas en varios campos de concentración de Argelia. María, que no puede escapar con él, vivirá con el miedo en el cuerpo, temiendo ser represaliada. Ambos seguirán sus caminos con la ilusión de reencontrarse algún día.